Horno de leña, tapería, espacio cultural...
Hace ya casi un año que el conocido hostelero cacereño Fidel Amado tomara los mandos de esta Tahona y le diera una vuelta de tuerca al local y a parte de su modelo de negocio. Su principal novedad, como la de la mayoría de los restaurantes actuales, es convertir su sala principal en tapería, manteniendo en ella su conocido horno de leña.
Se encuentra en un callejón entre el final de la calle San Pedro y el inicio de Pintores. Nada más entrar sorprende un precioso y pequeño claustro que utiliza habitualmente como espacio cultural y en la parte de arriba dos salas para unos treinta comensales hace las veces de restaurante. Al fondo monta un reservado en una bonita bodega de ladrillo visto con una preciosa mesa de madera ideal para comidas de grupo, catas o eventos que organiza habitualmente.
La carta comienza con viandas de nuestra tierra como chacinas y quesos, y continua con tostas de pan de pueblo con algún guiño a la cocina italiana como la de capresa, tomate y vinagreta fresca aliñada con vinagreta de pesto suave a la genovesa.
De entrantes aparecen entre otros sus croquetas de boletus o ibéricos, revueltos de hongos o bacalao, sashimi de atún con casse de tomate fresco y queso Idiazabal...
En carnes la carrillera, secreto o pluma de ibérico, el chuletón, rabo de toro o solomillo de retinto.
Abundante oferta de pescados donde llaman la atención un atún rojo empanado en polvo de olivas con bouquet de brotes de ensalada o verduras y coulis de mango a la canela (uffff cuesta hasta escribirlo). Pulpo, almejas, vieiras en ragout y un par de arroces, con bogavante o con almejas y langostinos.
Muy interesante que casi toda la carta se pueda tapear.
En su horno de leña, cochinillo, cabrito o lechazo.
Tiene tres menús, un Ejecutivo por 20 Euros con tres primeros y segundos a elegir con postre y bebida, un especial con cochinillo o cabrito mas botella de vino y postre por 50 Euros para dos personas y un degustación con cinco platos y postre por 30 euros persona o 25 dos personas.
Mi ultima visita a esta casa coincide con un cambio en la cocina, sale Josetxo Arrieta, del que recuerdo hace tiempo un lechazo de buen nivel, y entra Salvatore lo Bue, conocido cocinero italiano que paso por las cocinas de Abito, el restaurante italiano O Sole Mio y que no se si definitivamente se esta encargando de la cocina de Dropo en Zafra.
Comenzamos con un correcto surtido de ibéricos donde destacaba algo no muy habitual, un buen chorizo. Muy buena y en su punto la torta del Casar bien presentada natural sin florituras y con buena corteza, no como aparecen últimamente muchas de esta D.O.. Muy ricas las Milhojas de foie con manzana acida, queso de cabra y vinagreta de torreznos (esto ultimo no recuerdo haberlo apreciado).
Los principales como no podía ser de otra forma, un correcto lechazo bien de calidad pero ligeramente pasado de tiempo, algo duro y sobre todo no muy bien presentado excesivamente desmenuzado sobre su plato de barro. Resultó más en su punto el cochinillo con su piel bien tostada y tierna su carne, pero que igualmente nos pareció demasiado desmenuzado en su presentación.
Los principales como no podía ser de otra forma, un correcto lechazo bien de calidad pero ligeramente pasado de tiempo, algo duro y sobre todo no muy bien presentado excesivamente desmenuzado sobre su plato de barro. Resultó más en su punto el cochinillo con su piel bien tostada y tierna su carne, pero que igualmente nos pareció demasiado desmenuzado en su presentación.
Probé también un buen chuletón, que no se aparenta en la foto su punto justo y unas bastante pasadas y con extraño corte chuletitas de cordero. Correcta materia prima en todos los casos.
En otra ocasión disfrute en barra de una interesante y bien presentada tapa de bacalao con crema de boletus y morcilla de Guadalupe.
De postre buen tiramisu.
Amplia carta de vinos muy centrada en Riojas, Riberas y extremeños con algunas interesantes referencias y buenos precios.
Tomamos un estupendo Quinta Alaude, de los mejores extremeños calidad/precio, de la fantástica bodega del mismo nombre de Oliva de la Frontera.
Muy bien atendidos por una joven camarera que nos permitió, sin una mala cara, alargar la sobremesa (y que esto nos siga sorprendiendo...).
Todo bien en lineas generales, aunque quizá algo confuso el conjunto espacio cultural, horno de leña, tapería, toques italianos…, espero por lo menos que en estos complicados momentos que vive el sector sea la estrategia adecuada para mantener viva esta Tahona.
Agradecimiento una vez más al artista Richard Alen por sus fotos de los platos.
Calle Felipe de Uribarri
10004 Cáceres
927 224 455
www.restaurantelatahona.com